El IPE empezó sus actividades en el año 1981 y desde entonces a la fecha se produjo un crecimiento sustancial de los recursos humanos, más de treinta personas entre estudiantes, investigadores, técnicos y personal administrativo trabajan actualmente en la institución. Este crecimiento de los recursos humanos trajo aparejado dificultades y limitaciones edilicias. Es por ello que el IPE enfrenta ahora una de las empresas más ambiciosas, esto es la expansión de la infraestructura dedicada a investigación. Este proyecto comenzó con financiamiento de la UNSa, CONICET y  en una buena parte por la Fundación Bemberg. La restructuración edilicia consistirá en  construir un nuevo edificio en el campus de la UNSa y para lo que actualmente se cuenta con un importante subsidio del Programa de Fortalecimiento de la Infraestructura para Ciencia y Técnica del Ministerio de Ciencia, Tecnologías e Innovación Productiva de la Nación Argentina. Las nuevas instalaciones no solo implicarán un mejoramiento de infraestructura, sino también un desafío científico, ya que estaremos en condiciones de expandir el repertorio de líneas de investigación.