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Mal de Parkinson
Un viejo antibiótico abre una nueva línea para combatir el Parkinson
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Científicos de Salta en conjunto con profesionales de Tucumán, de Francia y de Brasil avanzan en la investigación de un viejo antibiótico que, de acuerdo a una primera etapa de la investigación, mitiga los daños neuronales generados por el Parkinson. El medicamento se viene usando para infecciones de nariz y de garganta y, en este estudio encontraron que inhibe la muerte de las neuronas.
El trabajo muestra que el antibiótico rifampicina y, en especial su forma oxidada que se llama rifampicina quinona, es capaz de prevenir el daño neuronal ocasionado por una inflamación en el cerebro. Esta inflamación es generada por la proteína alfa sinucleina que, al agregarse, produce sustancias tóxicas que llevan a la muerte de las neuronas. El antibiótico actúa inhibiendo la liberación de esas sustancias tóxicas.
Previo a esta investigación se conocía que la rifampicina tiene acción antiinflamatoria en el cerebro y que puede ayudar en enfermedades neurodegerativas. Sin embargo, se desconocía cuál era el mecanismo de acción. El equipo aisló microglías de ratones (células que tienen un papel importante en el sistema inmune del cerebro). Posteriormente agregó alfa sinucleina tóxica a esas células, generando un modelo experimental de Parkinson. Luego dividió las células en dos grupos: uno control (sin tratamiento) y otro que recibió rifampicina. Los investigadores observaron que en el grupo tratado con el medicamento las neuronas no morían.
Los resultados de este estudio fueron publicados recientemente en la revista científica Cells. Las pruebas desarrolladas in vitro tuvieron resultados alentadores, sin embargo, resta un largo camino por recorrer hasta llegar a la etapa de ensayos en personas. Aún deben realizarse estudios in vivo con animales, conocer su toxicidad y los posibles efectos adversos.
Leonardo Acuña encabeza el estudio, quien trabajó en conjunto con Natalia Corbalán, ambos investigadores del Conicet y docentes de la Universidad Nacional de Salta. Acuña estuvo dirigido en su posdoctorado en París por Rita Raisman (directora de investigación del Instituto del Cerebro y de la Médula Espinal del Hospital de la SalpˆtriŠre, donde se realizaron parte de los estudios). Además participaron Rosana Chehín y Florencia González Lizárraga (Tucumán), Elaine del Bel (Brasil) y Patrick Michel (Francia).
Acuña señaló que cuando a un paciente se le diagnostica la enfermedad de Parkinson, ya existe un daño neuronal y, por lo tanto, la rifampicina quinona no puede revertirlo. Sin embargo, reflexionó que el antibiótico podría prevenir y ayudar a disminuir la progresión de la muerte neuronal.
Natalia Corbalán comentó que en un futuro este estudio y otros similares pueden representar nuevas posibilidades para la prevención de enfermedades neurodegenerativas. Sin embargo, aseguró que faltan muchos pasos para su efectiva aplicación. El trabajo fue financiado por diferentes instituciones, como el Conicet, Campus France y el Instituto del Cerebro y de la Médula Espinal de París.
Reposicionamiento
Los profesionales consideran que este trabajo abre enormes expectativas en una línea de investigación que se conoce como "reposicionamiento de drogas". Implica indagar en nuevos efectos para la salud de medicamentos que ya vienen siendo usados. Tienen la ventaja de acortar los tiempos de estudio. Para sacar un nuevo medicamento al mercado se necesitan alrededor de 30 años de investigación y, al emplear uno que ya está en uso, los tiempos podrían acortarse.
En 2016 un equipo de investigadores realizó un estudio similar de reposicionamiento de drogas para la prevención del Parkinson en el seno del laboratorio que dirige Rita Raisman, del cual también participó Acuña.
Sin embargo, en ese estudio se usó una sustancia más general para producir la inflamación en el cerebro y no la proteína alfa sinucleina, cuya acción está vinculada a la enfermedad.
Medicamento mejorado
El doctor en Ciencias Biológicas e investigador del Conicet en Tucumán, Carlos Minahk, opinó sobre la investigación. Consideró que el estudio representa un gran avance en la comprensión del mecanismo de acción del antibiótico rifampicina como agente anti-inflamatorio y neuroprotector. "El trabajo está técnicamente muy bien realizado y los autores pudieron probar los efectos postulados en un modelo celular de la enfermedad".
Sin embargo, advirtió que al ser rifampicina un antibiótico de uso clínico, su empleo a largo plazo puede generar efectos adversos y resistencia, como ocurre con cualquier antibiótico. Para Minahk el aporte más importante es que proporciona conocimientos para diseñar una nueva molécula, similar a la rifampicina quinona en su potencial neuroprotector, pero sin actividad antibiótica.